Home   I   Quiénes Somos   I   Noticias   I   Artículos   I   Cátedras   I   Clases   I   Grupo Metafisico   I   Galería   I   Descargas   I   Glosario   I   Blog Tsering   I   Contacto
 
Hilarion 2015
Serapis Bey 2014
Mudras de las Puertas 11:11
Visualización curativa 11;11
Observadores Silenciosos
Portal 11-11
¿Qué es el 11:11?
La Pequeña Abuela
Espiritu Envolvente 2011
La Hermandad Blanca
El Peregrino
Palabras De Poder
Buena Voluntad y Voluntad al Bien
¿Qué es Servicio?
La Importancia de La Meditación
Las Tres Velas
Arreglad vuestra morada interna
Día Mundial de Invocación
La Meditación por Krishnamurti
Gautama Espiritu Envolvente
Maitreya Espiritu Envolvente
El proyecto Maitreya
Kwan Yin
El Despertar Cuántico
Horóscopo Chino 2008
Tsering Namdon
Meditación
Los Mantras
Llama Violeta
Agni Yoga
Espiritu Envolvente 2008
Espiritu Envolvente 2007
Espiritu Envolvente 2006
Rayo Oro Rubí
Los Angeles
 
 
 
Visitar También:
 
 
Personajes Destacados
Nicholas Roerich

Nicholas RoerichNicolas Roerich nació en la ciudad rusa de San Petersburgo el 19 de Octubre de 1874. Su padre, Constantino, era de origen escandinavo y un prominente notario. Su madre, María Kalashnikova, pertenecia a una vieja familia de la nobleza rusa. Su infancia discurrió en Ishvara. Fue allí donde Nikolai profundizó su relación con la naturaleza. Los elementos, el cielo, la tierra, el agua, se tornaron sus confesores y amigos. Con temperamento solitario, entraba fácilmente en comunicación con la naturaleza, y podemos afirmar que su primer maestro fue el mundo natural. Fue en esa época en la que se inició su interés por las leyendas, tradiciones y poesía de su país.

Muy pronto se aficionó por la arqueología, y con frecuencia realizaba expediciones para desvelar el pasado e interrogar a las rocas. “Parecía, a través de una intuición paranormal, con recuerdos subliminares, conocer las grandes líneas de la evolución humana”. Su actividad en este área le convirtió en uno de los mayores arqueólogos de Rusia.

Por deseo de su padre inició los estudios de Derecho en 1893, simultáneamente ingresando en la Academia de Bellas Artes de San Petersburgo. Su primer maestro, Kuinji, percibió en él la lucidez, y anticipó su genio. Le daba plena libertad creativa. Su pintura era extraña, llana de misterio y magnetismo. Hablaba al alma del espectador de tierras lejanas, de leyendas aun vivas, de héroes, de guerreros y de sacerdotes, de vagabundos y de peregrinos, que surcaban la gran aventura de la vida.

Los éxodos de los pueblos, los guerreros impresionantes, los cielos enrojecidos, y las nubes grandes, densas y negras, aparecen en sus lienzos, dándoles un tono profético, reflejando al mismo tiempo la batalla que se traba en el interior de cada ser humano y en el interior del corazón colectivo de la humanidad.

Las montañas, los inmensos Himalayas, fueron otras de sus inspiraciones. Ellas representan lo transcendente, lo suprahumano, lo que esta más allá de lo sensorial, Si imponencia, su fuerza, la blancura de su presencia, simbolizan lo etéreo, lo sutil, lo espiritual.

Un Hombre Universal

En 1900 visitó la Exposición Universal de Paris. Este encuentro con la cultura del mundo le impresionan profundamente, iniciándose en su interior un proceso de universalización, que habría de marcarle de por vida.

De 1909 a 1916, junto a su mujer Helena, visitó Italia, Alemania, Inglaterra y Holanda. En 1917 se instaló en Finlandia, donde retirado del mundo, y en profundo contacto con la naturaleza, produjo la famosa serie de lienzos sobre ese país.

Volvió a Paris y pintó los escenarios, diseñó el guardarropa y llegó a escribir los guiones para Sergei Diaghileo, para las operas de Rimsky Korsakov y de Borodin. Convivió con Paulova y Nijinsky. Concibió los escenarios para las obras de Maeterlinck y para el “Tristan e Isolda” de Wagner. Para el Ballet “La consagración de Primavera, de Stravinsky, pintó en el teatro de los Campos Elíseos unos escenarios que serían admirados en toda Europa. Cabe decir que, a propósito para este ballet, no solo concibió los escenarios, sino también diseñó la vestimenta, dando así un colorido y un exotismo inigualable al espectáculo.

Expuso en Helsinki en marzo de 1919, y en ese mismo año se encontró con Rabindranath Tagore (premio Nóbel de Literatura) en Londres. Al año siguiente, respondiendo a una invitación de Robert Harshe, visitó Nueva York, y expuso sus trabajos en 29 ciudades de América. Pronunció conferencias y conoció a grandes figuras del mundo de las artes, la política y la ciencia, estableciendo fuerte amistad con Huxley, Einstein y Milikan. Creo escuelas de arte y fomentó el surgimiento de grupos de investigación inspirados en el ideal de la cultura, como puerta para la paz y la unidad.

En todas partes es recibido como un profeta de los nuevos tiempos. A aquellos que se le aproximan les inspira idealismo, sentido de la belleza y creencia en un futuro de esperanza, donde el Amor pueda regir la vida social, la economía y la educación. Su creatividad, optimismo, humanismo y universalismo “sacudió” a hombres de estado y lideres religiosos, que lo adoptaron como instructor e inspirador.

Regresó a Europa en 1923, y junto con su mujer Helena y su hijo Jorge inicia un viaje a la India con el objetivo de realizar una expedición al Asia Central. Esta expedición, que tenia móviles artísticos, etnológicos, culturales y espirituales, partió de Darjeeling, en dirección a Cachemira y Ladakh (Pequeño Tibet). Nicolai pintó numerosos cuadros en Sikkim y en Bután, empezó un viaje por la ruta de las caravanas (la más alta del mundo), y conoció paisajes y tierras que siempre recordará. Profundamente impresionado por Oriente, sus obras comienzan a hablarnos de leyendas arcaicas, de la Atlántida, de Shamballa y de los Adeptos(6). Y en este viaje es donde Nikolai, Helena y Jorge entraran en contacto con los Mahatmas de los Himalayas.

El 29 de mayo los Roerich atraviesan la frontera rusa, y llegan a Moscú el 13 de junio. A los comisarios del Pueblo y de la Educación Nikolay les ofrece un lienzo “Maitreya el Conquistador”, que quedó expuesto en el Museo Gorki. En septiembre de 1926 el pintor y los suyos volverán a atravesar Asia Central, en dirección a la India, corriendo nuevamente serios riesgos, y soportando las temperaturas del invierno tibetano (cuarenta grados bajo cero). Durante esta singladura perecerán cinco miembros de la expedición y noventa animales. Entretanto es en esos momentos cuando Nikolai pinta los más bellos cuadros de su obra (más de 500 lienzos), paisajes de Asia que ningún pintor había recreado con anterioridad. Estas obras se encuentran ahora dispersas por los más importantes museos y colecciones del mundo.

El Arte, la Cultura y la Paz

Nikolai nunca se adhirió a ningún “ismo”; no fue un pintor de modas estéticas y de escuelas. Su “moda” fue la búsqueda de la Belleza (cual búsqueda del Grial), y su escuela fue el espíritu y lo eterno. La “inteligencia” lo ignora o finge que lo desconoce; y es que él dejó una obra (solo los lienzos son cerca de seis mil), que solo el ser humano del siglo XXI y del 3er Milenio entenderá realmente.

A finales de 1928 se instaló en el pueblo de Naggar, Kulu, en la India. Al inicio de los años treinta Nikolai Roerich promueve un proyecto del tamaño de su alma, “El Pacto y la Bandera de Paz”. Esta iniciativa, lanzada en Nueva York en 1929, fue acogida un año más tarde por la Sociedad de Naciones (prototipo de la ONU), recibiendo la aprobación entusiasta de figuras políticas y culturales de la talla de Alberto I, Rey de Bélgica, de Rabindranath Tagore, de Maurice Maeterlink, y del presidente de los Estados Unidos, Roosvelt. Este proyecto estipulaba que todas las instituciones educativas, artísticas, científicas o religiosas, así como todos los edificios que poseyeran un significado o valor cultural o histórico debían ser reconocidas como centros inviolables y respetados por todas las naciones, fuera en tiempos de paz o de guerra. Con este objetivo se estableció un tratado que tenía la finalidad de ser ratificado por todas las naciones del mundo. Roerich diseñó el símbolo que sería conocido como la Bandera de la Paz y de la Cultura: una circunferencia roja conteniendo tres círculos encarnados sobre fondo blanco. Este símbolo sagrado se encuentra en todas las civilizaciones y culturas de todos los tiempos. Son varios los significados que se le pueden atribuir: los tres círculos simbolizan el arte, la ciencia y la religión, rodeados por la circunferencia de la cultura; también el pasado, el presente y el futuro rodeado por lo eterno; o incluso el subconsciente o instinto, el consciente o inteligencia, y el supraconsciente o intuición rodeados por la circunferencia de la consciencia; y por fin, en la misma línea, el alma temporal o animal, el alma humana o inmortal y el alma espiritual o divina, rodeadas por el Anima Mundi, el Alma del Mundo.

La primera convención internacional tuvo lugar en 1931, en Brujas, en Bélgica, suscitando un interés enorme en los mundos de la ciencia y de la cultura. En 1932, en la misma ciudad, realiza una segunda convención y se crea la Fundación Roerich para la Paz. Representantes de gobiernos, pensadores, humanistas y religiosos asistieron a ambas convenciones. Entre el 17 y el 18 de noviembre de 1933, en Washington se celebró la tercera convención, donde asistieron representantes de 35 países; un mes más tarde los miembros de la 7ª Conferencia de la Unión Panamericana firmaron unanimemente el Pacto por la Paz.

Henry Wallace, entonces Secretario de Agricultura, y más tarde Vicepresidente de Estados Unidos, demostró un profundo interés por la personalidad y por la notable obra de Nikolai Roerich, así como por la profunda filosofía de Oriente. Infelizmente el egoísmo y el odio de la Humanidad hablaron más alto. El mensaje del profeta, del místico y del lucido visionario fueron olvidados, y una vez más la guerra estalló en una locura sin precedentes, la II Guerra Mundial.

Nikolay vivió sus últimos años en Naggar, en los Himalayas que tanto amaba, y desencarnó el 13 de diciembre de 1947, siendo incinerado según la tradición del “pueblo del espíritu”.

Como reflexión final, quedan sus palabras: “El Arte Unificará toda la Humanidad. El Arte es uno e indivisible. El Arte es la manifestación de la síntesis universal. El Arte es de todos… Llevad el Arte al pueblo, a quien pertenece. Debemos tener no solo museos, teatros, universidades, bibliotecas, estaciones de tren y hospitales decorados y llenos de belleza, como también las prisiones. Cuando esto ocurra, no necesitaremos más prisiones…

La verdadera paz, la verdadera unidad, es el deseo del corazón humano… (el hombre) quiere amar y abrirse a la realización de la Sublime Belleza. En la superior comprensión de la belleza y la sabiduría todas las divisiones convencionales desaparecen… todos los símbolos de la humanidad tienen el mismo significado, la oración sagrada: Paz y Unidad.

Fuente: www.revistabiosofia.com

Más Información sobre Nicholas Roerich


 
 
Mikhael Aivanhov
Helena Roerich
Nicholas Roerich
William Quan Judge
Henry Olcott
Helena Petrovna Blavatsky
C.W. Leadbeater
Rudolf Steiner
Annie Bessant
Alice Bailey
Vicente Beltran Anglada
Krishnamurti
Gibran Khalil
Gandhi
Max Heindel
Dion Fortune
Paracelso
Linda Goodman
Conny Mendez
Emmet Fox
 
 
 
 
 
 
 
 
Home   I   Mapa de Ubicación   I   Recomiéndanos   I   Links   I   Clases   I   Contáctenos
 
La Hermandad Blanca Misionaria de Luz: Universidad Transhimalayica que une oriente y occidente.
Dirección: Sazié #2078 (3 Cuadras Metro República) - Teléfono: (56-2) 695 1170 - Santiago de Chile
Ver También:   Academia Tsering   I   Alianza Espiritualista Internacional   I  Academia Artes Marciales Fu-Shih Kenpo   I  Altar de Kwan Yin